miércoles, 23 de marzo de 2011

CUMPLEAÑOS DE CARLOS GALINDO

CUMPLEAÑOS DE CARLOS GALINDO

Por ahora, el grupo de los almuerzos somos ajenos al desaliento. Ayer de entierro y hoy de almuerzo para celebrar el cumpleaños de Carlos Galindo. 
Siete hemos participado del banquete. José  y Alfonso, los más veteranos,  junto con Alfonso Alda, Ángel Ramos, Jesús Borque y los dos Carlos. Roque no ha asistido porque está en su pueblo Villablanca y Paco salía  hoy, con su mujer Dolores, hacia Almuñecar.
Buen apetito, buenos manjares, buen humor y buen vino.
Al terminar hemos saboreado unos riquísimos buñuelos, que Elena, la mujer de Carlos, ha hecho para nosotros con todo cariño. Los buñuelos nos han transportado a nuestra niñez, cuando comer buñuelos era un lujo solamente disfrutado en la meriendilla y en contadas ocasiones. Gracias Elena, nos has alegrado  la mañana, hay detalles que no se olvidan.
Después del café o carajillo y las copas hemos jugado al guiñote. Creo que ha sido el día que menos hemos discutido, tal vez porque lo hemos jugado muy bien, que en el juego del guiñote pocos hay que nos metan mano a los de Godojos.
El tío José nos ha alegrado la mañana al informarnos de que en la bonoloto nos habían tocado 26 euros. Ya ha sacado para el euromillón. Se ha empeñado en hacernos millonarios y lo va a conseguir.
Desde esta página comunicamos que el “GRUPO ALMUERZO” está abierto para todos, si alguien quiere asistir que se ponga en contacto con cualquiera del grupo y recibirá puntual información.
Para este curso ya nada más nos queda celebrar el cumpleaños de mi tío José, que lo haremos, si Dios quiere,  en el mes de abril.
CARLOS ALDA



martes, 22 de marzo de 2011

FALLECIMIENTO DE MAXIMO CEBOLLA GALVEZ

MÁXIMO CEBOLLA GÁLVEZ


Hoy ha muerto Máximo Cebolla. Estaba a punto de cumplir 85 años. Desde hace tiempo estaba asistido en una residencia en Pinseque.
Máximo Cebolla nació en Godojos y allí  pasó su niñez y juventud. Era hijo del tío Ricardo y de la tía Isabelilla. Sus hermanos fueron José , Dolores, Ramos y el Pedrillo.
Se vino a Zaragoza donde se casó con Maruja. Tuvieron dos hijos: Isabel y Miguel Ángel, recientemente fallecido.
En Zaragoza vivió en el Barrio de las Fuentes muchos años. Tuvo varios negocios,  porque él era un hombre emprendedor.
Yo lo recuerdo con cariño. Recuerdo al Máximo joven: buen mozo, siempre alegre, dicharachero y optimista. Reía con sonoras y alegres carcajadas. Era bromista, entusiasta y muy generoso. Cantaba maravillosamente. Sus jotas eran esperadas por todos en las rondas. Recuerdo un Viernes Santo cantando las “Horas del reloj”, su potente voz sobresalía por encima de las demás. También lo recuerdo en la iglesia cantando el himno a la Virgen del Pilar. Son recuerdos de niño sorprendido. Era aficionado al fútbol. Le gustaba sobre todo el Barsa, y lucía, de joven,  su escudo en la solapa. Tuvo en su casa a su padre, Ricardo, los últimos años de su vida. Maruja lo bajaba a tomar el sol a su puerta. ¡Cómo agradecía la visita de cualquiera de su pueblo! Un hombre de tan recio de carácter, se volvió dócil y sencillo al final de sus días.
Máximo era primo hermano de mi madre, Pilar, la Roya. Nuestras familias siempre nos tuvimos cariño.
Descanse en paz este buen godojeño. Sin duda que Dios le habrá dicho: “Ánimo, hijo, ya has llegado, ya teníamos ganas de verte por aquí”. Y Máximo se habrá quedado mudo y habrá empezado a entender que Dios es un Padre Bueno, gratuito como el agua y como el sol y sus alegres carcajadas de joven se habrán quedado convertidas en una sonrisa suave y en una alegría no pasajera.
CARLOS ALDA

viernes, 18 de marzo de 2011

REFRANERO DEL MES DE MARZO

REFRANERO DEL MES DE MARZO

De marzo a la mitad, la golondrina viene y el tordo se va.

Tronadas en marzo, prepara la cuba y el mazo.

Dijo a las cebadas marzo: tales como os pillo os alzo.

Por san José bandito hace la perdiz su nidito.

Si marzo no hace laguna, la cosecha está segura.

Si tu casa quieres reparar, en marzo habrás de empezar.

En marzo, si cortas un cardo nacerte han cuatro.

Por san José, los sapos se empiezan a ver.

En marzo la veleta ni dos horas está quieta.

Marzo varía siete veces al día.

Marzo ventoso y abril lluvioso sacan a mayo florido y hermoso.

De marzo no te fíes, que es traidor, tan pronto frío como calor.

Marzo engañador, un día malo y otro peor.

Si marzo mayea, mayo marcea.

Marzo marcero, por la mañana cara de perro y por la tarde valiente mancebo.

Marzo marcero, que faiga güen sol dimpués d´un aguacero.

Si en marzo no marcisquea, en abril acantalea. (Se dice que acantalea cuando apadrea o graniza fuertemente).

Si en marzo ya fa calor, mal año pa´o labrador.

CARLOS ALDA

domingo, 6 de marzo de 2011

ASÍ FUE EL DÍA CINCO DE MARZO DE 2011
“HOY COMAMOS E BEBAMOS,
E CANTEMOS E FOLGUEMOS
QUE MAÑANA AYUNAREMOS”  (Versos de carnaval antiguos)
La fiesta de la meriendilla coincide con los últimos días, antes de iniciar la cuaresma. Por eso, como en los carnavales, son días de comer, beber y divertirse.
Ahora, como en Godojos casi no quedan niños, los mayores recordamos tiempos pasados  y disfrutamos como niños de los mismos manjares. Yo tengo que agradecer a mis primas y primos que me invitan todos los años a participar en esta entrañable celebración.
Amparados por el saliente rocoso del cerro de san Jorge, de cara al primer sol reconfortante de marzo, nos juntamos para compartir conversación, mesa, buen vino y agradable compañía.
¡Qué día más hermoso! El cielo brilla claro y transparente como solo brilla en Godojos. Una treintena de personas, bulliciosas y alegres, contemplábamos al fondo el pueblo con el altozano de las bodegas. A la izquierda la fuente de santa Ana y el Cerro Gordo. A la derecha nuestro castillo, airoso como un gigante, coronado de elegantes almenas. A nuestros pies la falda de la montaña llena de plantas aromáticas y el Chorrillo y los Pozos. El campo olía a romero y a tomillo.
A las 13,30 empezamos a vermutear y rápidamente fueron apareciendo las molletas con su inestimable relleno: tortilla de patata, dos magras, dos costillas un chorizo y una longaniza. La bota, las botellas, el buen vino pasaba de mano en mano y deleitaba nuestro paladar, a la vez que nos daba alegría. El sol calentaba con ganas, pero de cuando en cuando, alguna nube lo tapaba y nos refrescaba un poco.
Ni los más comedores pudieron con la molleta entera, tal vez, porque todos pensábamos en los redondos, azucarados y sabrosos buñuelos. ¡Dios que bandejas de buñuelos! ¡Qué colorido! ¡Qué sabor, con azúcar o con miel! ¡Qué delicia para el paladar!
Junto a los buñuelos se sirvió café y orujo de hierbas, con su aroma característico, su color amarillento y su sabor dulzón y pegajoso.
Yo brindo desde aquí por estas maravillosas mujeres, que han sabido mantener estas delicias godojeñas y que cada año nos sorprenden más y mejor.
Y para terminar esta sencilla crónica, quiero nombrar a todos los que participamos en esta meriendilla 2011, protegidos por la roca de san Jorge:
Borque y Conchita, Charo y José Luis, Angel y Margarita, José Luis y Aurora, Carlos y Elena con familiares de Carlos: Rosa, Chari, Luis Alberto y Javier. María y Domingo, Tere y Salva con su hija Marta, Joaquín y señora con su hijo David, Fermín, un hijo de Ángel y su novia. Varios miembros de la familia Cuerda: Pili, Teresa, Miguel, Santiago, Javier, Bienvenido y algunas niñas. Además estaba mi hermano Alfonso y mi cuñado Ángel que inmortalizó el acto con sus fotografías.
Terminados los postres, muchos nos bajamos al pueblo para empezar el guiñote. Otros y otras se quedaron tomando el sol en la cueva.
En el recién estrenado bar nos encontramos con Esther, Pascual, el marido de Pili López
con Goyo, Armando, Bienvenido, Jesús, Luis, Ángel…
Fue un día completo. Un día más que mereció la pena vivirlo en compañía de la buena gente que quiere y sintoniza con Godojos.
CARLOS ALDA




LA MERIENDILLA

ASÍ ERA ANTES.  HISTORIA



Cuando yo era niño, en Godojos había dos días de meriendilla, el JUEVES LARDERO Y EL SÁBADO  (¿Hoguero?).
Los niños y niñas íbamos a la escuela hasta la hora del recreo. A las 11 en punto los maestros nos daban salida y todos corríamos entusiasmados a buscar la meriendilla. Las madres aún estaban preparando la molleta o esperaban que lo buñuelos se diesen la vuelta para sacarlos de la sartén, llenarlos de azúcar o miel y colocar todo en el talego.
Las molletas estaban repletas de tortilla, magras de lomo, costillas de cerdo chorizo y longaniza. El resto de la merienda lo formaban dos o tres naranjas sanguinas, y los riquísimos  buñuelos. Todo ello lo metían con mucho cuidado en un limpísimo  talego porque entonces no teníamos mochilas como ahora. Nos faltaban medios, pero ingenio no. En los ángulos internos del talego colocábamos unos pitones o unas “gallufas”, atábamos unas cuerdas en esos rincones y en la boca del talego y ya teníamos una improvisada mochila. A veces el aceite o la miel de los buñuelos traspasaban el talego y nos manchábamos la espalda.
Cargados con tan preciado tesoro, salíamos tan felices hacia la cueva de san Jorge  para disfrutar de tan ricos manjares.  La cueva de san Jorge, que se halla debajo de la ermita, está en alto. No todos podíamos subir. Los más pequeños y gorditos se quedaban en otra cueva más pequeña que está al pie del acantilado.
La realidad es que salvo las naranjas, que las dejábamos para merendar, nos comíamos todo en un santiamén. Después subíamos a la ermita de san Jorge, jugábamos en la cueva del “Baile las zorras”, bajábamos a beber agua a la fuente de los Santos y terminábamos el día en la carretera y el puente.

viernes, 4 de marzo de 2011



DOS GODOJEÑOS EN VILLABLANCA

Villablanca es un bonito pueblo de la provincia de Huelva. Es un pueblo blanco, blanco. Tan blanco que parece que lo han lavado con lejía. Sus casas son blancas, su iglesia es blanca, la ermita de la Virgen también es blanca y, para colmo, su Virgen y Patrona se llama la Virgen de la Blanca. Por cierto, que es una Virgen guapísima, como todas las Vírgenes andaluzas.
Villablanca  huele a pino. Y huele así, porque está rodeada de pinos verdes, que crecen altos, coronados por  una hermosa copa redondeada. En primavera, el azahar  impregnará  todo con su olor, ya que en sus calles, plazas y campos hay abundantes y frondosos naranjos.
ROQUE MARTÍN, el marido de MARIA LUISA NIETO, nació en Villablanca. Allí tiene una hermosa y amplia casa, dotada de un pequeño jardín. Marisa y Roque  nos recibieron en Villablanca muy ilusionados. Nos enseñaron el pueblo y nos presentaron a parte de sus amigos. Tuvimos la suerte de presenciar la “Danza de los Palos”, danza muy antigua, original de pastores, llena de ritmo, de fuerza  y de sencillez. Se baila sobre todo en la fiesta de la Virgen de la Blanca. Al final del dance el Sr. Alcalde distinguió con sendas placas a diversos danzantes jubilados. Nos llenó de emoción el VIVA que el más veterano de estos danzantes dio a la Virgen. ¡VIVA LA VIRGEN DE LA BLANCA! ¡VIVA SU SANTÍSIMO HIJO! El pueblo lo coreó con toda la fuerza de sus pulmones.
Al medio día tomamos vermú  y nos invitaron a comer en un pequeño mesón muy acogedor. El menú estaba formado por pescaditos y mariscos de la tierra y también por sabrosos bocados de cerdo ibérico, curados o asados a la parrilla. La verdad es que comimos como obispos. Cada vez que lo recordamos nos sigue llenando de gusto.
No somos los primeros de Godojos  que hemos visitado a Roque y a Marisa en Villablanca. Sé que antes que nosotros han pasado por allí Conchita y Borque, José Luis y Charo, Jesús y Merche, Máximo y Pili,  Salva y Tere, Ángel y Margarita, José Luis Y Aurora, Carlos y Elena, Domingo y María…
Si alguno de Godojos se acerca en uno de sus viajes, por la provincia de Huelva, además de visitar Aracena, Jabugo,  Lepe, Ayamonte, Isla Cristina, Isla Canela, Almonte y la aldea del Rocío, Huelva y la Rábida, Mata las Cañas y Punta Umbría, que no deje de visitar Villablanca. Es un pueblo muy bonito y Roque y Marisa os harán sentir su amistad y cariño. 
CARLOS ALDA



FALLECIMIENTO DE VALENTINA


MARZO DÍA 4

Hoy, muchos de Godojos  hemos ido a rezar y a dar el último adiós a VALENTINA.
VALENTINA nació en Godojos hace 87 años. Es Hija del tío Justo y de la tía Primitiva. Y hermana de la familia Cebolla Perdices, que estaba formada por diez hermanos. VALENTINA  era una persona sencilla, cariñosa y muy acogedora. Se casó en Zaragoza con Jesús, que era panadero. Tuvieron una hija, Esperanza, más buena que el pan y más dulce que dos terrones de azúcar. Esperanza a su vez tiene dos niñas jóvenes , guapas y cariñosas.
Valentina pasó los once últimos años de su vida marcada por la enfermedad del olvido. Poco a poco fue entrando en ese mundo, donde los recuerdo dejan de existir  y donde solamente su sonrisa nos hace sentirnos satisfechos de que al menos parece que no sufre.
Desde aquí mandamos un abrazo fuerte a todos sus familiares, especialmente a su Hija Esperanza. Que descanse en paz esta hija de Godojos y que Dios la acoja en su Gloria.
En su honor y recuerdo quiero copiar aquí una poesía que escribió la poetisa Juana Castro, a su madre, aquejada del mismo mal.

Madre para tus ojos huecos.
 Para tu desmemoria.
Para el mal de rocío que te hiere la lengua.
Para tus manos grises
de cristal y avellana

madre para el arroyo
de lana de la noche,
para tu manta roja
y sus flecos de humo,
para el fuego sin llama que te escuece en el sueño,

madre para que tú no veas
como en pliegue de astilla descender el silencio.
Madre para tu risa vana,
para el miedo y la aguja que en tus pies se detiene,
para tu intacto frío,
para tu piel aguada.

Para todo lo que
no pudiste decir  y ya no existe.
Para ti, madre mía, desarbolada y ciega.
Para el abismo cierto de mi nombre.
Para mi, que soy manca y baldía  y no puedo
                        Alumbrarte.

CARLOS ALDA