miércoles, 10 de agosto de 2011

FIESTA DE SAN LORENZO

La fiesta de san Lorenzo coincidía con el final de la trilla. Para el diez de agosto, pocas parvas quedaban  por trillar  y pocos montones de trigo por aventar.  La fiesta de san Lorenzo tenía su cofradía. El día del santo se le sacaba en procesión en una adornada peana, en la que, junto a sus parrillas, colgaban cuatro ricos rollos recubiertos de azúcar blanca.
San Lorenzo era de Huesca.  Y es también su santo patrón.  Labordeta cantaba:”Viva Huesca que es mi pueblo/ san Lorenzo mi patrón”.
San Lorenzo fue diácono del papa san Dámaso. El Prefecto romano le pidió que le diese los bienes de la Iglesia. El santo repartió todos los bienes  que tenía la iglesia entre los pobres. después  se los presentó al Prefecto romano diciéndole: “Estos son los bienes de la Iglesia”.
Lo condenaron a  morir asado en las parrillas. Cuenta la leyenda que a medio asar  se dirigió al tirano y le dijo: “ya estoy asado por una parte, ya puedes darme la vuelta y asarme por la otra”.
Para san Lorenzo venían los gaiteros de Ibdes.  Tocaban por las calles y en la plaza a la hora del baile. Como los mozos y las mozas ya no trabajaban tanto, los bailes resultaban animadísimos. ¡Lo que daba de sí una flauta y un sencillo tambor!
Terminadas las fiestas de san Lorenzo, los chicos y jóvenes pensábamos en la Virgen y san Roque, cuyas fiestas se celebraba en Alhama y en Calatayud. Al vecino pueblo de Alhama pasábamos los chicos andando por la cuesta a pasar una tarde. Echábamos de menos el agua fresca de nuestra fuente, pero disfrutábamos viendo a los gigante y cabezudos. Si teníamos la suerte de que nuestros padres nos bajaban a Calatayud a ver las vaquillas, a la vez que nos comíamos un buen bocadillo y nos refrescábamos con una buenas “raldas” de roja y jugosa sandia, eso ya era un auténtico lujo.
CARLOS  ALDA. DESDE MIAMI PLAYA. 10,O8,11